El Nacional de Oklahoma

April 29th, 2021

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FOUNDED - 1988 A2 | EL NACIONAL DE OKLAHOMA JUEVES 29 DE ABRIL, 2021 WWW.ELNACIONALDEOKLAHOMA.COM www.facebook.com/elnacionaldeok NACIÓN No se trata de un solo fraude cometido por un lobo solitario. Después del primer contacto, la víctima es llevada a otro fraude, luego a otro y así sucesivamente". Ø Kari-Anne Liebling, ScamSurvivors. LEGAL. Scott realiza donativos a instituciones —universidades, bancos de alimentos y otras organizaciones de beneficencia— no a individuos. MALA PRÁCTICA MACKENZIE SCOTT DONÓ MILES DE MILLONES DE DÓLARES Y LOS ESTAFADORES SE APROVECHARON BEN GERSHOW PAISANOS Danielle Churchill necesita- ba ayuda. Estaba criando a cinco hijos en Wollongong, en la costa australiana al sur de Sídney, y tenía que gastar miles de dólares en terapias especiales para su hijo autis- ta de 10 años, Lachla. Intentó conseguir un financiamien- to colaborativo en el sitio de internet GoFundMe, pero solo recaudó una pequeña parte de lo que pretendía. A fines del año pasado, recibió el mensaje que pare- cía solucionar sus problemas económicos. Supuestamente, era un correo electrónico de la multimillonaria y filán- tropa MacKenzie Scott, una novelista que es mejor cono- cida por ser la ex esposa de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, que decía que iba a donar la mitad de su fortuna y que Churchill llenaba los requisitos para recibir una ayuda económica. Churchill buscó el nombre de Scott y la palabra "fraude" en Google. En vez de algu- na alerta, encontró varios artículos periodísticos que hablaban de cómo, de mane- ra repentina, los representan- tes de Scott habían enviado correos electrónicos a cien- tos de organizaciones sin fines de lucro para ofrecerles apoyo financiero. A lo largo de 2020, Scott dio a cono- cer donativos por un total de 6.000 millones de dólares. Su manera poco convencional de donar fue muy elogiada por su rapidez y su transparencia. Pero algunas de las ventajas aparentes —ser una funda- ción pequeña y no estable- cida, sin oficinas centrales ni un sitio web público y sin ningún modo de comunicar- se con ella ni con sus repre- sentantes— eran justamen- te lo que la hacían objeto de suplantación por parte de los sabe de otras posibles víc- timas. Continuó siguiendo las páginas de Facebook que supuestamente pertenecían a Scott y en los comentarios veía a personas que solicita- ban ayuda y luego los comen- tarios desaparecían. Un hom- bre publicó fotografías de su tarjeta de débito. Junto a una fotografía del rostro sonriente de Scott decía: "Tome una foto del anverso y el reverso y de la ubicación del banco". Además, en la publicación de Scott en Medium, donde en diciembre dio a conocer sus donaciones más recientes, un hombre publicó un comenta- rio en el que preguntaba sobre el mismo supuesto gerente comercial que le pidió dinero a Churchill. Marti DeLiema , profe- sora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Minnesota, campus Twin Cities, señaló que el método que empleó Scott, median- te el cual les avisó de manera prácticamente repentina a algunos grupos sobre su dona- ción, hacía más factible que los estafadores se aprovecharan. "Con este método absurdo de hacer donaciones, les dio un regalo estupendo", comentó DeLiema. Ni siquiera las per- sonas con los recursos de Scott pueden evitar que los tima- dores usen su nombre. Hay estafadores que han copiado la página web de la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa y suplan- tado a la Comisión Federal de Comercio, una de las agencias que intenta combatir justa- mente este tipo de engaños. Scott realiza donativos a instituciones —universida- des, bancos de alimentos y otras organizaciones de bene- ficencia— no a individuos. Una persona que está infor- mada sobre sus donativos mencionó que no tiene cuen- tas en las redes sociales como Facebook e Instagram, solo su página en Medium sino mediante páginas apó- crifas de Facebook, mensajes de Whatsapp y el uso de una aplicación de criptomonedas Bitcoin para llevarse el dinero y que no pudiera recuperarlo con la ayuda de algún banco. Una compañía relacionada con la seguridad de las tarjetas de crédito en Israel, Ironscales, señaló que los mensajes que supuestamente eran de los representantes de Scott habían llegado a alrededor de 190.000 cuentas de correo electrónico pertenecientes a sus clientes. La empresa comenzó a perca- tarse del fraude luego del 15 de diciembre, cuando Scott anunció los donativos por casi 4.200 millones de dólares. Ahora, meses después de que abrió una cuenta en un banco que no existe, Churchill estafadores, como Churchill pronto descubriría. Para poder recibir el dine- ro, Churchill tenía que llenar un "formato de membresía" enviado por una organi- zación que se hacía llamar Fundación MacKenzie Scott y abrir una cuenta en línea en Investors Bank and Trust Co. Luego pudo ver que la fun- dación le había transferido 250.000 dólares a la cuenta que abrió a su nombre, pero le dijeron que, como estaba en Australia, tenía que solicitar un número de identificación fiscal y pagar algunos cargos antes de poder tener acceso al dinero y comenzar a usarlo para las terapias del lenguaje y ocupacionales de Lachlan. "Yo investigaba y verifi- caba todo lo que me decían", comentó Churchill. También mencionó que su abuela había revisado todo y pensa- ba que era lícito. "Te mandan comprobantes de todo lo que solicitas, y el banco en línea dice que todo está protegido". Lo que Churchill no sabía es que no existe ninguna Fundación Mackenzie Scott ni que el banco Investors Bank and Trust Co., cuya sede solía estar en Boston, se había fusionado con State Street Corp. hace más de una década. Tampoco que no estaba tratando con Scott y su equipo, sino con un com- plejo grupo de estafadores dedicado a aprovecharse de las personas vulnerables. En el caso de Churchill, el frau- de no solo se dio por medio del portal falso del banco,

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